La crisis del euro y la deuda pública
El futuro del euro está intrínsecamente ligado a si la deuda pública de los Estados miembros se pone bajo control. Si los inversores consideran que los niveles de deuda se están abordando, entonces van a estar dispuestos a seguir comprando deuda futura. Si sienten que no se está manejando bien la deuda del gobierno, entonces van a dejar de prestar dinero por temor a que el gobierno pondrá por defecto.
En un intento de reducir la cantidad que están pidiendo prestado, los gobiernos de la zona euro y Gran Bretaña han estado tomando medidas económicas a menudo dolorosas. Éstas incluyen:
Los recortes en el gasto público. Al otro lado de la zona euro, los principales proyectos de obras públicas se han reducido en un intento por reducir los gastos (y por tanto, los préstamos). Esto aunque tiene un efecto negativo en el empleo y el crecimiento.
Despedir a los trabajadores del sector público. Grecia, Portugal e Irlanda han estado reduciendo el número de personas empleadas por el Estado - de nuevo, en un esfuerzo para ayudar a empujar hacia abajo sobre los gastos y la deuda. Esto también es malo para el empleo y el crecimiento.
La fijación de la pensión estatal. La población de Europa está envejeciendo rápidamente, lo que significa que los costos de las pensiones estatales de financiación se han disparado. Como resultado, los gobiernos están diciendo a su pueblo que van a tener que esperar más tiempo antes de poder cobrar su pensión estatal.
El aumento de los impuestos. Algunas de las deudas son tan grandes que se necesita más que recortes presupuestarios para reducir el déficit. Los gobiernos de todo los de la zona euro han aumentado los impuestos.
No todas las medidas para reducir la deuda son malos para sus finanzas personales. Bajas tasas de interés, por ejemplo, son buenos para las empresas que desean pedir prestado y para las personas con deuda hipotecaria.
Este plan para reducir la deuda pública en Europa se llama austeridad, y es una operación finamente equilibrada. Cortar demasiado profundo y podría enviar a la economía en una recesión - que ha sucedido en Grecia e Irlanda - que a su vez reduce los ingresos por impuestos y puede significar más, no menos, los préstamos a corto plazo.
El tamaño de la deuda pública siempre se expresa como un porcentaje del producto interno bruto del país (PIB). Así, por ejemplo, en 2011, Grecia pidió prestado el equivalente a un 9 por ciento de su PIB. Esto significa que por cada euro producido por la economía griega, 9 centavos fue tomado de los inversores por el gobierno.